En esta comunicación, terminare con el manejo por radiología intervencionista de lesiones de aorta descendente en trauma severo, sin que exista sección completa de la misma, ya que esto es causa de muerte en menos de 2 minutos
Según varios reportes, entre ellos el del Dr. Renato Martens de la Universidad Católica de Santiago de Chile, la lesión de la arteria aórtica descendente en tórax es el resultado de lesiones de alta energía y esta asociada a elevada mortalidad, falleciendo los pacientes en el sitio del accidente o dentro de las primeras horas, siendo casi el 80% de los pacientes totales. De los pacientes que logran llegar a un hospital especializado en trauma, el 30% puede llegar a fallecer en las siguientes 6 horas: Son en estos donde se debe de actuar rápidamente y así reducir la mortalidad.
Su tratamiento tradicional involucra intervenciones quirúrgicas de alta complejidad, que se asocian a una elevada morbi-mortalidad, que puede ir en un rango de 40 a 70%. No se puede dejar de lado la presencia de lesiones en otros órganos del tórax o del abdomen, que llegan a complicar aún más la situación clínica del paciente.
En las últimas décadas, el desarrollo de técnicas endovasculares mínimamente invasiva para el tratamiento de enfermedades crónicas de la aorta, abrieron la opción de acciones menos invasivas en el manejo de las lesiones traumáticas agudas en pacientes que logran llegar a los hospitales, reduciendo el 30% de fallecimientos en las siguientes 6 horas. El empleo de estas técnicas en las lesiones de aorta descendente lo han permitido resolver en forma creciente, con resultados alentadores.
Al evitar el manejo quirúrgico tradicional, se evitan grandes hemorragias trans-operatorias, infartos cardiacos, insuficiencia ventilatoria, insuficiencia renal aguda y en casos, lesiones de medula espinal con la resultante paraplejia.
Para poder resolver este tipo de lesiones, donde no existe sección completa, al paciente se le debe de realizar tomografía computada helicoidal multicorte en fase arterial, con reconstrucciones cada 1.5 mm como máximo, y así obtener reconstrucciones axiales, coronales y sagitales, con lo que se puede estudiar estructuras vecinas y descartar compromiso de arterias viscerales.
Deberá de existir la factibilidad de acceso a través de las arterias femorales para poder introducir dispositivos de alto diámetro, donde esta incluida la endoprotesis vascular, que va cubierta de material similar al empleado a las prótesis vasculares que se utilizan en la cirugía d este tipo, y que se utilizara para sellar u ocluir la lesión de la pared de la aorta; así mismo, debe de existir una distancia mínima de 15 milímetros distal al origen de la arteria carótida común izquierda en el arco aórtico, considerando que se llegara ocluir el origen de la arteria subclavia izquierda al momento de fijar la endoprotesis; debe de existir un segmento de aorta no comprometida distal a la lesión para la fijación de la endoprotesis de 15 milímetros.
Después de realizar el procedimiento, debe de existir ya la posibilidad de efectuar el protocolo de tratamiento estricto, individualizando cada caso.
En todos los casos, se debe de realizar tomografía computada 2 días posteriores al procedimiento, con medio de contraste, para evaluar el sellado total de la fuga, ya que, si se descubre algún tipo de endofugas, que pueden ser de tres tipos, se puede resolver volviendo a introducir otra endoprotesis o impactar en la pared de la aorta la endoprotesis colocada. Antes de dar de alta al paciente, se repite otra tomografía computada y posteriormente se programan de control a los 6 y 12 meses.
En los casos de lesión de aorta abdominal, por trauma cerrado, se puede mencionar que es una entidad rara, la mayoría por accidentes automovilísticos en relación con el uso no adecuado del cinturón de seguridad, que condicionan desgarros parciales de la intima, que es la capa mas interna de la aorta, con o sin trombosis, formación de pseudoaneurisma, oclusiones totales y embolizaciones distales. De todas las lesiones de aorta, solo entre el 4 y 8%, se presentan por debajo del diafragma, siendo a nivel de la arteria mesentérica inferior, a nivel de las arterias renales y entre la mesentérica inferior y la bifurcación, los sitios mas frecuentes, según reporte del Dr. Frizza del Hospital Privado del Sur de Buenos Aires.
A partir de las siguientes comunicaciones, empezare a comentarles sobre la utilidad de la radiografía intervencionista en lesiones tumorales benignas y malignas.