La Radiología Intervencionista en la embolización de miomas uterinos

Los miomas uterinos son tumores benignos de origen muscular, se presentan en el 20-25% de las mujeres, con mayor frecuencia entre 30 y 40 años, la mayoría evoluciona después de la menopausia, la mayoría son asintomáticos y muchas veces son hallazgos incidentales.

Aproximadamente, 10 a 20% sintomáticos, pudiendo presentar hemorragia uterina anormal, dolor pélvico o sensación de “pesantez”,molestias abdominales vagas, alteraciones urinaria, infertilidad, relaciones sexuales dolorosas entre varios de los síntomas. Según su localización y sus principales síntomas se clasifican en:

  1. Submucosos (Alteraciones menstruales y asociados a infertilidad y/o abortos)
  2. Intramurales (Sensación de pesantez, distensión y compresión vesical)
  3. Subserosos (Similares a intramurales).

De manera particular, la embolización en el aparato reproductor femenino se ha utilizado en neoplasias malignas con hemorragia, hemorragia post-parto, hemorragia en embarazo ectópico, placenta previa y malformaciones vasculares arterio-venosas.

Al existir con las embolizaciones selectivas reducción en las dimensiones de lesiones tumorales solidas, así como de los síntomas asociados,  se decide realizar embolización selectiva de miomas uterinos con el objeto de reducir dimensiones uterinas y de los miomas, así como de los síntomas asociados.

El primero en realizarla fue Ravina y su grupo en Paris en 1995, donde reporta el seguimiento por 20 meses de 16 pacientes. De estas, 14 refirieron resolución o mejoría de los síntomas y solo 2 terminaron en cirugía. Uno de sus últimos reportes englobaba a 243 pacientes, con seguimiento hasta por 7 años con el 83% de casos con mejoría de sus síntomas, sobretodo de hemorragia anormal.

Los estudios de imagen previos a embolización que nos son útiles para ubicar la localización, el número, su vascularidad, son el Ultrasonido Transvaginal con Doppler y la Resonancia Magnética con contraste. Así mismo. Sirven para diagnósticos diferenciales con pólipos y con adenomiosis, reconocer miomas necrosados y reconocer miomas serosos pediculados.

Los estudios de laboratorio previos a embolización son biometría hemática con plaquetas, creatinina y urea séricas, tiempos de sangrado y coagulación Papanicolaou de menos de 6 meses y en casos especiales, biopsia de endometrio, pues tumores malignos en ese sitio no deben ser embolizados.

El procedimiento se realiza en una sala de angiografía, siempre bajo sedación anestesiológica y bloqueo peridural, se utiliza antibióticos profilácticos ya que se dejara con tejido sin circulación y se debe de evitar infección, se colocara sonda Foley intravesical, para que no exista dolor por que la vejiga se llene de orina, pues se ponen en contacto tejido infartado por la embolización. Se realizara el cateterismo selectivo de la arteria que irriga al mioma, no se emboliza de manera troncular la arteria uterina. Si no se hace así, se realizara embolización del útero, con riego a infección, necrosis del órgano y terminaría en histerectomía, cirugía que se trata de evitar con la embolización, aunque posteriormente, el ginecólogo pueda realizar miomectomia, pero sin el riesgo de hemorragia no controlable

Posterior al procedimiento pueden existir dolor pélvico tipo cólico, nausea y//o vómito, febrícula y ataque al estado general. Se pueden presentar entre 2 y 7 días después. 24 horas después del procedimiento se da de alta y puede reiniciar actividades normales a los 4-5 días.

El control posterior se realiza 6 meses después del procedimiento y se deben de realizar ultrasonido transvaginal con doppler y resonanciamagnética; los resultados de estos estudios y la evolución clínica de la paciente, son indicadores del éxito del procedimiento.

Como todo procedimiento, pueden existir complicaciones como son las inherentes a la punción arterial, reacciones al contraste, embolizaciones equivocadas (otros órganos), isquemia grave del útero, infección (piométrio con endometritis), amenorrea transitoria (ausencia de menstruacion transitoria), expulsión transvaginal de tejido necrosado y tromboembolia pulmonar.

Pero también pueden existir fallas del procedimiento, básicamente porque es realizado por un medico no especialista, sin que sea Radiólogo Intervencionista. Entre estas están inexperiencia del médico, variaciones vasculares, cambios vasculares en grandes lesiones, embolización incompleta, recanalización vascular, y miomas extremadamente grandes.

Es una buena alternativa en el tratamiento de miomas, previa selección  adecuada y es procedimiento alternativo, previo a decidir por la cirugía, cuando ha existido falla con fármacos. Se evitan grandes cirugías y tiempo prolongado en recuperación.

La mujer que decida realizarse este procedimiento, previa valoración interdisciplinaria realizada con su ginecólogo, y debe de acudir con un Radiólogo Intervencionista, con entrenamiento calificado y con certificación otorgada por el Consejo Mexicano de Radiología e Imagen, para que tenga mas tranquilidad y confianza.