El objetivo de estos procedimientos de intervencionismo va dirigido a la resolución de procesos que han condicionado estenosis u obstrucción de la vía biliar, tanto intra (canales biliares dentro del hígado), como extra hepática (conducto hepático, colédoco y/o vesícula biliar).
Como antecedentes importantes en el desarrollo de las diversas técnicas con las cuales contamos en la actualidad, vale la pena comentar los siguientes:
En 1962, extracción de cálculos residuales después de una extracción de la vesícula biliar a través de sonda T utilizando una pinza.
Dilatación de estenosis benignas en 1974 a través de sonda T.
Extracción de cálculos residuales utilizando canastilla a través de sonda T en 1979, en el Sha de Irán en New York.
Endoprotesis de la vía biliar a través del procedimiento endoscópico conocido como Colangio Pancreatografía Retrograda Endoscópica (CPRE) en 1979.
Los pacientes presentan datos evidentes de ictericia con patrón obstructivo, como se catalogan en la medicina. El diagnóstico se realizara por:
Cuadro clínico, en el cual se debe de estudiar con detenimiento el inicio y la progresión de la ictericia, ya que no es lo mismo la presencia repentina y brusca, que paulatina y ascendente; si se acompaña con fiebre, dolor, nausea, sangrado de tubo digestivo, así como perdida de peso. Se debe de realizar una detallada exploración física de cada paciente
Laboratorio, donde se realizaran estudios de sangre y orina, y así saber si el cuadro corresponde a una ictericia obstructiva o no.
Estudios de Imagenología, como son el ultrasonido, la tomografía computada, la resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones. Los datos obtenidos por estos estudios, correlacionados c on el cuadro clínico y los resultados de laboratorio, indicaran con gran precisión el tipo de ictericia que presenta el paciente, y poder instaurar un tratamiento adecuado y certero.
El diagnóstico definitivo y preciso por estudios de Imagen se realizaba por medio del procedimiento conocido como Colangiografía Percutánea, que consistía en puncionar alguna vía biliar intrahepatica, con el empleo de una aguja de calibre pequeño (22 o 23G), bajo control de fluoroscopía, e inyectar en ese sitio material de contraste iodado, obtener radiografía y así poder identificar el sitio de lesión, el tipo de lesión (benigna o maligna), y si existían o no vías biliares dilatadas. Con el desarrollo de la resonancia magnética, ya no es necesario realizar punciones percutaneas de la vía biliar a través del hígado, pues con el estudio de Colangioresonancia, ya obtenemos los mismos datos, sin agredir al paciente con punciones.
De las patologías de origen benigno, que con mayor frecuencia se pueden identificar, al estudiar a un paciente con ictericia de tipo obstructivo son:
1.- Litiasis, conocidas también como cálculos biliares. Darán síntomas de ictericia obstructiva, cuando pasan de la vesícula biliar hacia el conducto colédoco, antes de desembocar al tubo digestivo en la segunda porción del duodeno. Es de presentación brusca, con dolor, de intensidad en aumento rápidamente. Estas pueden ser retiradas por endoscopio mediante el procedimiento ya referido (CPRE), por cirugía si no fue exitosa la CPRE. En ocasiones, después de la cirugía, pueden quedar restos o litiasis residuales, y se pueden extraer mediante procedimientos percutaneos o a través de sondas que se dejaron durante la cirugía.
2.- Estenosis, que son disminuciones en el calibre de la vía biliar, las cuales pueden ser de origen inflamatorio, traumático, infeccioso o postquirurgica. Según el nivel en relación al conducto llamado cístico, que es el que conecta la vesícula biliar con el conducto hepático, se denominan con estnosis alta o baja. La forma de resolverlas son por drenaje por CPRE o Percutáneo, por dilatación, con colocación de endoprotesis y/o stent, y si no es posible, por cirugía.
En los casos que sean de origen tumoral maligno, que afecten las vías biliares, sean de origen primario de las mismas o sean por invasión de órganos vecinos, como sucede en los originados en vesícula biliar, páncreas, o por invasión de los ganglios linfáticos que se encuentran en el hilo hepático, las lesiones son causa de disminución de calibre y se catalogan en:
1.- Altas, por arriba del nivel de la confluencia del cistico (como ya se comentó), y en estas los procedimientos para solucionarlos pueden ser drenaje externo percutáneo, y con la posibilidad de colocar endoprotesis y/o stents.
2.- Bajas, en las cuales se pueden realizar drenajes percutaneos externo/interno, con colocación de endoprotesis y/o stents, pudiendo realizarlos en conjunto con endoscopista, cuando el caso es complicado.
Obviamente, cada caso se debe de estudiar de forma independiente, para poder ofrecer a cada paciente lo mejor para cada uno de ellos.
En la siguiente comunicación, tocaré con detalle, como se realiza cada uno de estos procedimientos de la Radiología Intervencionista.