Los radiólogos intervencionistas proveen múltiples servicios para manejar síntomas en pacientes oncológicos paliativos, tal y como lo describe el Dr. Michael Christopher Soulen del Abramson Cancer Center de la Ciudad Filadelfia, USA desde el año 2013. Y estos casos, son compartidos y tratados en conjunto con medicos anestesiólogos, que tienen la alta especialidad para médico especialista en el tratamiento del dolor (Algologos).
Los pacientes con enfermedades malignas en pelvis o en territorios profundos del abdomen, muchas veces presentan dolor por el involucro de nervios viscerales. De tal manera, que sitios anatómicos donde confluyen raíces nerviosas, como son el plexo celíaco, el plexo hipogástrico y el ganglio caudal pueden ser sometidos a neurolisis por tomografía o fluoroscopía brindando alivio del dolor durable.
La presencia de ascitis (líquido libre en la cavidad abdominal) o derrame pleural (líquido colectado en la cavidad pleural) originados por tumores malígnos, se asocian a pérdida de líquidos, electrolitos y proteínas que disminuyen de forma rápida y progresiva la calidad de vida. La colocación de catéteres de drenaje tunelizados y derivaciones, evita múltiples hospitalizaciones y mitigan los efectos de la pérdida de líquidos, proteínas y electrolitos.
Una de las causas más frecuentes de muerte en pacientes con cáncer es la infección por oclusión tumoral de diversos sistemas. Los drenajes percutáneos y colocación de endoprotesis de manera percutanea mejoran los síntomas en tumores malignos en vías biliares, en vias digestivas y urinarias.
Los accesos venosos crónicos a través de catéteres tunelizados y puertos implantables, al igual que accesos hacia tubo digestivo conocidos como gastrostomía y gastroyeyunostomía percutánea, pueden ser realizados de forma segura y eficiente en salas de imágen con fluoroscopía digital.
La evolución continúa de la Radiología Intervencionista
Actualmente, existen múltiples tecnologías que se encuentran bajo investigación y que prometen revolucionar las terapias guiadas por imagen.
Las microesferas embolizantes que pueden ser precargadas con quimioterapia, liberan estos medicamentos directamente en la lesión tumoral. Esta nueva tecnología ha mejorado la farmacocinética al compararla con la utilización de medios oleosos. Con esta técnica se obtiene una mejor retención de los medicamentos en el hígado. Pero, la pregunta referente a si esta tecnología mejora los resultados en pacientes con tumores malignos de origen en hígado, sigue sin ser contestada.
Su aplicación más prometedora es la administración de nuevos quimioterapéuticos en pacientes con enfermedad metastásica. Un estudio aleatorizado ha demostrado que el uso de estas microesferas precargadas con irinotecan, que es quimioterapia especifica, mejoran la progresión libre de enfermedad y la sobrevida total en pacientes con metástasis de cáncer de colon en segunda línea de tratamiento, esto al comparar con un grupo de quimioterapia sola, tal y como fue reportado desde el año 2012 en la revista Anticancer Res.
Las microesferas con itrio 90 son capaces de administrar dosis altas de radiación, a través de la vasculatura del tumor. Aunque la radioembolización es más compleja en su planeación y administración, esta técnica ha demostrado ser menos tóxica que la quimioembolización. La radioembolización puede ser realizada de forma ambulatoria y tiene resultados similares en pacientes con hepatocarcinoma y cáncer de colon metastásico, reportado en las revistas Gastroenterology de 2010 y Cancer de 2009.
Nuevas tecnologías para la ablación incluyen la crioablación con argón-helio, la utilización de microondas y la electroporación irreversible. Cada una de estas tecnologías compite por mejorar los resultados de la radiofrecuencia, al crear mayores volúmenes de necrosis tisular y consumiendo menos tiempo.
A pesar de todo esto, el avance más reciente y valioso en Radiología intervencionista no es técnico sino clínico. Los radiólogos intervencionistas en todo el mundo han tomado su lugar en las sesiones multidisciplinarias, integrando estos procedimientos, mínimamente invasivos y guiados por imagen, al plan de tratamiento de los pacientes con tumores sólidos. Al aprender el lenguaje de la Oncología, los radiólogos intervencionistas proveen cuidados oncológicos a través de sus prácticas profesionales en clínicas y hospitales. Junto con la oncología médica, la oncología quirúrgica, la radio-oncología, la Radiología intervencionista, se ha convertido en el cuarto pilar del tratamiento del cáncer.
En la próxima comunicación, seguiré comentando la utilidad de los procedimientos de la Radiología Intervencionista, ya en otros campos de la medicina, en diversos tipos de eventos patológicos, no necesariamente tumorales.