¿Cómo es que se puede realizar el diagnostico de Hipertensión Portal?
Se van a emplear los siguientes parámetros:
1.- Historia clínica completa, sobretodo dirigida a conocer los antecedentes importantes, como son antecedentes de haber presentado o presentar algún tipo de hepatitis, uso prolongado de medicamentos que se consideren tóxicos para el hígado, transfusiones de hemo derivados sin control estricto en su empleo, alcoholismo intenso y prolongado.
2.- Análisis de sangre para conocer la función hepática, función renal, biometría hemática, pruebas de coagulación y cuantificar amonio en sangre.
3.- Exámenes de diagnóstico por imagen, como son el ultrasonido-doppler, elastografía, tomografía computada y resonancia magnética, como lo describe desde 2012 el grupo del Dr. Jaume Bosch. La medición de la rigidez hepática con elastografía es un método no invasivo basado en la adquisición de ondas ultrasonográficas pulsadas. Se ha demostrado que es un método fiable para evaluar el grado de fibrosis hepática y para confirmar la sospecha clínica de cirrosis, especialmente en pacientes con antecedentes de hepatitis. La elastografía también ha sido evaluada para la predicción de la presencia de varices.
En pacientes con sospecha de hipertensión portal, el ultrasonido-doppler es de ayuda en la identificación de su causa, siendo una técnica sensible y específica en el diagnóstico de trombosis portal y de trombosis de las venas suprahepáticas. Además permite identificar signos de cirrosis y de hipertensión portal. La mayoría de ellos tiene una elevada especificidad para el diagnóstico de hipertensión portal clínicamente significativa, pero una baja sensibilidad, particularmente en la cirrosis compensada.
El crecimiento del bazo es el signo ecográfico mas frecuentemente asociado a hipertensión portal, contrariamente a otros signos tiene una alta sensibilidad, pero una especificidad moderada (50-80% en las series publicadas). El tamaño del bazo, solo o como se ha mencionado anteriormente en combinación con el recuento de las plaquetas en sangre, es un predictor independiente de la presencia de varices esofágicas en pacientes con cirrosis compensada. Asimismo, un diámetro de la vena porta mayor de 13mm se asocia frecuentemente a la presencia de varices esofágicas.
La presencia de vasos de circulación colateral porto-sistémica, la inversión de flujo en el sistema portal y la presencia de ascitis en un paciente con cirrosis son signos 100% específicos de hipertensión portal.
A pesar de la notable cantidad, calidad y complejidad de los estudios que evalúan la asociación de parámetros de ultrasonido-doppler con la presión portal, los hallazgos no son suficientemente robustos para recomendar su uso rutinario; entre los parámetros doppler, la velocidad media del flujo portal es el más frecuentemente estudiado, y valores medios (velocidad media de las medias) por debajo de 12cm/s son muy sugestivos de hipertensión portal.
La tomografía computada con inyección de contraste es una técnica de imagen frecuentemente utilizada para diagnosticar o confirmar la existencia de carcinoma hepatocelular en pacientes con cirrosis, ya que en estos casos es mayor la prevalencia de ese tipo de tumores malignos. El método permite también un detallado estudio vascular de toda la cavidad abdominal y para diagnosticar la presencia y tamaño de varices. La sensibilidad y especificidad no han sido satisfactorias para detectar varices de cualquier tamaño, pero restringiendo el diagnóstico a varices grandes la sensibilidad fue del 90-95% y la especificidad 82-97%. Por lo tanto, en pacientes que requieran una tomografía computada para estudio una enfermedad hepática, la técnica puede ser útil para valorar la existencia de varices grandes.
La resonancia magnética ha desplazado en los últimos años a la arteriografía convencional en el estudio del eje espleno-portal, ya que se reservar para procedimientos terapéuticos. Permite valorar la estructura hepática y la existencia de cirrosis al tiempo que identifica arteria hepática, vena porta, venas suprahepáticas y colaterales portosistémicas. Asimismo existen aplicaciones que permiten medir parámetros relacionados con la presión portal, como la resistencia de la arteria hepática y el flujo portal. Por lo que respecta a la eficacia de la resonancia magnética en la detección de varices gastroesofágicas, los estudios positivos incluyen muy pocos pacientes y otros dan datos poco alentadores. Donde se ha sugerido su valor, ha sido en la monitorización de la terapeútica endoscópica, al identificar el vaso nutricio de las varices. Permite medir de forma no-invasiva el flujo sanguíneo de la vena ácigos, un índice del flujo sanguíneo a través de las colaterales gastroesofágicas y las varices esofágicas en la hipertensión portal.
Una nueva aplicación en la práctica clínica, es la elastografía por resonancia magnética que permite la medición de la rigidez hepática y esplénica. Esta última parece tener una mejor correlación con la hipertensión portal y con la presencia de varices que la elastografía hepática.
Seguiré en la próxima comunicación con mas detalles de diagnostico y tratamiento de la hipertensión portal.