La radiología intervencionista y el cáncer de hígado

Cuando a un paciente se le diagnostica de forma definitiva que tiene un tumor maligno originado en el hígado, se le debe de informar completamente de la situación clínica en la que se encuentra, ya que es uno de sus derechos como paciente.  Y al mismo tiempo y dependiendo del estadio en el que se ubica, ofrecerle la terapia indicada de manera individualizada.

En el caso, y después del protocolo de estudio, sea candidato para recibir el tratamiento con Radioembolización con Itrium90, el Radiólogo Intervencionista certificado para realizarlo, deberá tener una reunión con el paciente y sus familiares, en la que se explicara con detalle y de manera completa los alcances del  procedimiento. Y en esta platica, saldrán muchas preguntas; las más frecuentes que nos hacen son las siguientes:

1.- ¿Cuándo es que mi doctor decide el empleo del Itrium90

Cuando no puede ser resecado quirúrgicamente, por el sitio en el que se localiza el tumor y mientras se espera la posibilidad de un trasplante. Ha demostrado una detención o retroceso en el crecimiento del tumor, pudiendo ser elegible para cirugía o trasplante. Esto dependerá de la dosis seleccionada para el tratamiento.

2.- ¿Qué tanto beneficio  obtengo con el tratamiento con Itrium90?

Ya que cada paciente es diferente, es difícil conocer que tanto beneficio se logrará. Si el médico tratante ha decidido que es de utilidad por las condiciones clínicas, su razonamiento es lograr la estabilización de la enfermedad, incrementar la oportunidad de resecarlo posteriormente o realizar un trasplante hepático. No obstante, por la evolución del tratamiento desde el año 1992 que se inició, actualmente se llegan a utilizar dosis de Itrium90 que son destructoras del tumor, realizando una segmentectomía por radiación, desapareciendo el tumor, pero esto debe ser tomado con reservas, sobretodo por el estadio clínico de cada paciente.

3.- ¿Cuándo un paciente no es candidato para este procedimiento?

Cuando se detecta que se puede depositar el Itrium90 en intestino o en pulmón, cuando existe ya una función hepática anormal por alguna enfermedad asociada, sobretodo en casos de cirrosis e hipertensión portal, cuando no existen arterias cercanas al tumor, cuando las arterias en el hígado están anormales por alguna patología asociada y cuando existen alteraciones graves en la coagulación. También se debe de considerar que el tumor es de tipo infiltrativo, tumor voluminoso y que abarque por lo menos el 70% del hígado, múltiples nódulos tumorales incontables, enzimas hepáticas obtenidas en estudios de sangre 5 veces mayores a valores normales, elevación de la bilirrubina por arriba de 2 mg/dl en sangre, albúmina en sangre menor a 3 grs/dl.

4.- ¿Qué efectos secundarios existen con la aplicación de Itrium90?

Puede existir discreta fiebre, fatiga, cansancio y perdida del apetito. También nausea y raramente dolor abdominal moderado. Puede existir elevación de las bilirrubinas, así como datos de falla hepática, que pueden ser debidas al propio procedimiento o que sean datos de progresión de la enfermedad.

5.- ¿Cuándo puedo retornar a trabajar?

Cada paciente tiene diferente tipo de recuperación. Generalmente, los pacientes que están sin síntomas antes del procedimiento, se recuperan mas rápido. También se debe de considerar tipo de trabajo y/o actividad previos, pues si requiere gran esfuerzo físico, debe de evitarse por lo menos 3 días después del procedimiento. No son necesarias medidas de protección por la radiación, ya que no traspasa ésta el cuerpo del paciente.

6.- ¿Se me caerá el cabello?

No, no hay reportes de caída de cabello con la aplicación de Itrium90

7.- ¿Debo de realizar alguna actividad diferente en casa?

El procedimiento es ambulatorio, no se tiene que quedar en el hospital. El primer día es de reposo relativo, tratando sintomáticamente los efectos secundarios, si es que llegan a aparecer. Se puede interactuar con personas de la familia y amigos, pues no hay riesgo por la radiación, como se comento con anterioridad.

8.- ¿La herida que queda, de que caracteristicas es?

Como es a través de un catéter que ingreso al cuerpo por la ingle, queda una cicatriz de menos de 1 centímetro de longitud. No se sutura. No se cubre con apositos y se debe de tener aseo habitual con baño. Eso si, esa región debe de estar seca.

9.- ¿Es un procedimiento certificado o es un procedimiento experimental?

Es un procedimiento completamente certificado por diversas instituciones medico-legales en todo el mundo. En nuestro país, se cuenta con las licencias y permisos que otorga la COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) y por la CNENS (Comisión Nacional de Energía Nuclear y Salvaguardias), tanto al hospital como a los Radiólogos Intervencionistas.

10.- Si tengo seguro de gastos medicos mayores, ¿está cubierto el pago?

Los seguros en nuestro país, sí pagan este procedimiento, pero es de importancia, conocer las características propias del seguro que se haya contratado, pues cada uno es diferente en sus pólizas.

En el próximo comunicado, les comentaré lo que el paciente debe de esperar como resultado del tratamiento con Itrium90

La Radiología Intervencionista y el cáncer de hígado

Tal y como lo comente en la anterior entrega, explicare con detalle, como es que se lleva a cabo el procedimiento de radiología intervencionista de Radioembolización con cristales de Itrium90 para realizarlo de manera exitosa.

La sala de Hemodinamia en la que se llevara a cabo el procedimiento, se debe de preparar con anterioridad al ingreso del paciente. Además de que debe estar perfectamente limpia y sanitizada, se debe de instalar en la cabecera de la mesa del equipo de fluoroscopía digital, todo el equipo que tendrá que manejar la o el anestesiólogo para que el proceso de anestesia general endovenosa se lleve a cabo con seguridad completa para el paciente. Esto quiere decir, que se debe de tener todo el equipo necesario para prevenir y en su caso, corregir cualquier tipo de complicación durante ese proceso.

El piso de la sala, por donde va a transitar la camilla que traslada al paciente, y sobretodo el área física donde estará el equipo de radiología intervencionista llevando a cabo el procedimiento, será cubierto con material absorbente, similar a los pañales de adulto desechables biodegradables, ya que se emplean para, que en el remoto caso de que exista goteo al piso del material radioactivo, este sea rápidamente absorbido, sin el riesgo de que exista contaminación del sitio por la radiación, que aunque es puramente de tipo beta, se debe de evitar al máximo.

Mientras esto sucede, el personal técnico radiólogo, vuelve a verificar que la función del equipo, en su totalidad, sea correcta, completa y sin ningún tipo de error, en dos ocasiones. Solo hasta que esto se realiza y es afirmativo, se puede solicitar el traslado del paciente

Una vez que es recibido por la enfermera del servicio de Hemodinamia, deberá de confirmar la identificación del paciente, solicitar su fecha de nacimiento para hacer una doble verificación, así como estar segura de que el paciente acude en ayuno total, de por lo menos 10 horas. Deberá verificar la entrega de los estudios actualizados de laboratorio y de imagen, por la enfermera que lo trasladó de su habitación.

Ya en la mesa del equipo de fluoroscopía, se le realizar la colocación de suero, mediante la canalización de vena de brazo, que la seleccionara junto con la o el anestesiólogo, para tener una vía de acceso para medicamentos necesarios para la anestesia.

A continuación ingresa el grupo de radiología intervencionista, compuesta por 4 médicos; 3 de ellos tendrán la responsabilidad de llevar a cabo el procedimiento, y se vestirán con ropa quirúrgica estéril, gorro, careta o lentes protectores, así como botas quirúrgicas, con protección por debajo de toda esta ropa, de mandil plomado, mientras que el otro llevara a cabo la verificación de todos los puntos ya efectuados e irá durante el procedimiento, verificando en un listado, que se lleve siempre con el mismo orden de acciones.

Se inicia con la asepsia de la piel, para posteriormente cubrir el área de trabajo con campos de tela estériles y realizar la punción percutánea de la arteria seleccionada para ingresar el catéter, el cual servirá para realizar la arteriografía selectiva de la arteria hepática. Generalmente se utiliza para este acceso, alguna de las dos arterias femorales comunes en la región inguinal, ya que es un sitio fácil y cómodo de trabajo.

Una vez cateterizada la arteria que irriga al tumor, se ingresa con técnica coaxial, es decir dentro del primer catéter, el microcatéter que llegara super selectivamente al sitio donde se inicia la vascularidad del tumor y se deja fijo en ese sitio, detenido por uno de los médicos radiólogos, pues ya no debe de desplazarse, ya que ahí se depositaran los cristales de Itrium90.

A continuación se arma todo el dispositivo que servirá para la inyección del Itrium90, que consiste en una caja de acrílico, la cual tiene en el centro un área donde se coloca el contenedor de plomo, que en su interior están los cristales de Itrium. Todo esta estéril, con el propósito de no tener riesgos de infecciones. Se colocara en una de las paredes de la caja, un circuito cerrado con una botella de suero fisiológico, de la cual, con el empleo de una jeringa de 10 mililitros, se aspirara esa cantidad y a través del circuito cerrado, se inyectara el suero, el cual pasa a través del contenedor del Itrium90, para que sean arrastrados los cristales y salgan a través del microcatéter hasta el tumor. Por donde circula esta mezcal, existen colocados 2 contadores Geiger, para verificar que si están transitando las partículas de Itirum90 y al finalizar, verificar que no a queda ninguna cantidad de material radiactivo fuera del cuerpo del paciente. La inyección se realiza prácticamente a ciegas, ya que no se puede utilizar la fluoproscopia para verificar la localización de estos cristales de Itrium90 dentro del territorio vascular arterial hepático, ya que no se identifican a los rayos x por no ser radio-opacos; se realiza esta inyección a presión muy baja, para evitar turbulencia dentro del hígado y evitar fuga de cristales a otro territorio vascular de hígado sano. Cada inyección debe de tomar 4 minutos y se realizan en tres ocasiones. Al finalizar, se efectúa una inyección de material de contraste, para verificar el sitio donde se depositaron y se da por terminado el procedimiento.

Todo el personal que estuvo dentro de la sala, tiene que ser checado con un contador Geiger, para estar seguros que no tiene partículas radioactivas y se puede retirar de la sala. Toda la ropa y los materiales utilizados, se depositan en contenedores especiales, que serán resguardados para mayor seguridad del personal medico y paramédico.

El paciente es trasladado al Departamento de Medicina Nuclear, donde se le realiza un gamagrama y con éste, se verifica que las partículas radioactivas están en la situación deseada.

En la siguiente, entrega les hablare de lo que el paciente de de saber de este procedimiento de Radiología Intervencionista, para que obtenga toda la información que necesita saber, sin dejar nada a la obviedad.

La Radiología Intervencionista y el cáncer de hígado

Antes de iniciar con la descripción del protocolo para la aceptación de un paciente dentro del programa de Radioembolización con cristales de Itrium90, debo hacer las siguientes consideraciones en relación al hepatocarcinoma:

Es la neoplasia maligna primaria de hígado más frecuente y la quinta a nivel mundial, convirtiéndose en un problema de salud pública. Tiene una incidencia anual que iguala a su mortalidad. En la actualidad se reconoce como una de las principales causas de muerte en los pacientes con cirrosis. Su incidencia se ha duplicado en los últimos 20 años en Europa y los Estados Unidos, siendo la causa de mortalidad relacionada a cáncer con mayor incremento en los últimos años.Este aumento se ha atribuido a la epidemia de cirrosis secundaria a virus de hepatitis C. 

La cirrosis es el principal factor de riesgo asociado a su desarrollo, encontrándose en 60% a 90% de los casos secundaria a alcohol o infección por virus de hepatitis B y C, dependiendo de la zona geográfica. En los pacientes con cirrosis la incidencia anual es de aproximadamente 4%.

¿Cómo se debe de estudiar a un paciente que se le detecta por examen médico y con el empleo de estudios de imagen, habitualmente ultrasonido abdominal y/o tomografía computada, la presencia de una imagen sugestiva de lesión ocupativa en hígado?

En la primera fase, se debe de realizar una biopsia de la imagen sugestiva de lesión hepática, para tener la certeza de que se trata de una lesión real y poder estar seguros de que se trata de un tumor primario maligno. SI no es así, que sea otro tipo de lesión benigna, aquí se da por finalizado el posible ingreso al protocolo de estudio. De ser positivo, se continua con el estudio para saber si es un candidato viable o se descarta, por no cumplir con los parámetros.

En la segunda fase se realizarán los siguientes estudios:

: Angio TC Abdominal, en donde se podrán identificar los vasos arteriales que nutren al tumor, así como el número de ellos, la densidad de la lesión al inyectar medio de contraste yodado por la vena, su localización dentro del tumor. Se obtienen a partir de las imágenes que se trabajan en la computadora del tomógrafo, con el programa especial instalado el tamaño, el volumen, los diámetros, las superficies y de forma indirecta el peso. Estos parámetros son básicos, ya que con los mismos se va a calcular la dosis que se le debe de aplicar al paciente, pues la dosis es individualizada, y al mismo tiempo, saber se se pide una dosis para detener el crecimiento o una dosis de tipo destructivo.

: Gamagrafia hepática con albúmina marcada con tecnecio, que es una sustancia radioactiva de tipo diagnostico, mediante cateterización selectiva de la arteria hepática y asi inyectar el material solo al hígado, y no tener estudio falso/positivo o falso/negativo. El objetivo de realizar este estudio, es conocer que tanto capta el tumor de esta sustancia, y sobretodo, verificar que no exista fuga del mismo hacia intestino delgado, específicamente a duodeno, ni que existan corto-circuitos vasculares que comuniquen hacia el pulmón. Si llega a existir paso y opacificación de duodeno, se deberá de realizar la embolización de la arteria que irriga esta porción del intestino, para evitar paso de Itrium90, ya que si eso sucede se crean úlceras de difícil manejo y muy sintomáticas, pues su origen es por quemadura por la radiación; en el caso que se mayor a lo permitido el paso a pulmón, se descarta al paciente, ya que en estos casos, no existe manera de bloquear el paso, y esta sustancia producirá fibrosis pulmonar progresiva.

Si el paciente aprueba la fase anterior, es el momento en que se solicitan las partículas, ya que estas son producidas en Canada, cerca de Toronto. Se envían a ese lugar, todos los datos ya obtenidos, para verificar la aceptación del caso, la dosis a aplicar y la fecha precisa para realizarlo, ya que esta sustancia, como se comento, tiene una vida útil de alrededor de 61 horas.

Una vez que se envían, es recibido el material en el área de Medicina Nuclear, para verificar que la dosis esta correcta para los requerimientos previamente señalados. Una vez realizado esto, se efectúa el procedimiento, en la sala de Hemodinamia, ya que se debe de categorizar super selectivamente la arteria principal que irriga el tumor y poder depositar de forma correcta el material en el sitio especifico.

En la siguiente comunicación, explicare con detalle, como es que se lleva a cabo el procedimiento para realizarlo de manera exitosa.

La Radiología Intervencionista y el cáncer de hígado

Voy a continuar ofreciendo más datos clínicos de este tipo de tumor y como mencione en la comunicación pasada, enunciare los procedimientos de Radiología Intervencionista existentes para el tratamiento de esta enfermedad; de manera inicial ya que algunos fueron mencionados con anterioridad, y les comentare de los recientes y mas exitosos que existen, siempre teniendo en cuenta las condiciones clínicas del paciente  en el momento de conocerlo.

El hepatocarcinoma no es un cáncer hereditario, pero existen enfermedades hereditarias que favorecen el desarrollo de cirrosis y por tanto de hepatocarcinoma, como el déficit de alfa-1-antitripsina (es una afección en la cual el cuerpo no produce suficiente cantidad de esta sustancia, una proteína que protege de daño a los pulmones y al hígado. Esta afección puede llevar a que se presente enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cirrosis) o la hemocromatosis (enfermedad hereditaria que condiciona que el cuerpo absorba demasiado hierro de los alimentos que se ingieren y el exceso de hierro se almacena en los órganos, especialmente el hígado, el corazón y el páncreas), por lo que es necesario vigilar con mas detenimiento a este tipo de pacientes.

El hepatocarcinoma no es contagioso, pero algunos de los factores que predisponen a su desarrollo si pueden serlo, como la infección por el virus de la hepatitis B o hepatitis C, por lo que es necesario evitar riesgos de contagio de estas patologías, sobretodo por transfusiones sanguíneas sin control estricto, por otros fluidos corporales en el caso de la hepatitis B, o por agujas contaminadas, tatuajes y múltiples parejas sexuales, hetero u homosexuales sin prevención adecuada en el caso de la hepatitis C.

El pronóstico del hepatocarcinoma en general no es bueno. De acuerdo a la clasificación existente de Okuda, que esta basada en 4 criterios, se podrán crear 3 diferentes estadios o etapas clínicas de esta patología tumoral maligna, y son

1.- El tumor ocupa mas del 50% del hígado.

2.- Existe ascitis (liquido libre en la cavidad abdominal)

3.- La bilirrubina es mayor de 3 mg/dl en el análisis de sangre.

4.- La albúmina es menor de 3 g/dl en el análisis de sangre.

De tal manera que al valorar los criterios anteriores, los estadios son los siguientes:


Estadio I.- 0 criterios. Supervivencia media sin tratamiento es de 1 año.

Estadio II.- 1 o 2 criterios. Supervivencia media sin tratamiento, entre 2 y 3 meses.

Estadio III.- 3 o 4 criterios. Supervivencia media sin tratamiento es de 1 mes.

Las opciones existentes actualmente de curación del hepatocarcinoma son:


1.- Cirugía. Es la única posibilidad de curación. Sin embargo, pocos son los pacientes que pueden ser candidatos a la operación debido a la extensión, al tamaño o a la localización del tumor. Además, se requiere que la función del hígado no sea muy mala dado que, al quitar una parte del hígado, al hígado restante puede quedarle muy poca capacidad para mantener una función aceptable.

2.- Trasplante de hígado. Sólo puede realizarse en los casos que se descarte extensión del tumor fuera del hígado.

En los casos que no puedan realizarse las acciones previas, la única opción es realizar tratamientos paliativos para aumentar la supervivencia y mejorar la calidad las condiciones de vida del paciente y dependerá de la clínica del cada paciente:


1.- Quimioembolización de una arteria del hígado. Consiste en realizar un cateterismo e inyectar directamente dentro de una arteria del hígado una medicina contra al cáncer. Posteriormente se puede taponar la arteria que da riego al tumor, intentando así que, al no recibir riego, el cáncer se reduzca.

2.- Tratamiento de ablación con radiofrecuencia o crioablación. Consiste en la administración local de una energía térmica por radiofrecuencia o congelamiento

3.- Radioterapia. Preferentemente aplicada de forma precisa sobre el tumor (estereotáctica), que poco resultado terapéutico.

4.- Inyección de alcohol o de ácido acético en el interior del tumor. Para ello se punciona el tumor a través de la piel guiado por ecografía o tomografía computada-

5.- Quimioterapia general. El sorafenib es un fármaco que ha demostrado una mejoría en la supervivencia de los pacientes con hepatocarcinoma administrado sólo o combinado con otros medicamentos, aunque condiciona efectos secundarios que hacen que el paciente abandone el tratamiento.

En la siguiente comunicación, hablare de los tratamientos que se realizan a través de arterias que irrigan a este tipo de tumores.

La Radiología Intervencionista y el cáncer de hígado

El radiólogo intervencionista en la actualidad, en conjunto con el oncólogo clínico y el quirúrgico con experiencia en el manejo de este tipo de tumores malignos, han revolucionado el manejo de esta patología, en unión con las nuevas tecnologías y materiales

Antes de mencionar los procedimientos que se llegan a realizar, desde el mas simple al de mayor utilidad y actualidad se deben de realizar las siguientes precisiones.

El hepatocarcinoma (que ese es su nombre médico) es un tumor maligno del hígado que suele aparecer sobre tejido que ya tiene una enfermedad previa, desde hepatitis sobretodo de tipo B o C, hasta cirrosis. Es uno de los tumores malignos más frecuentes a nivel mundial, llegando a ocupar el quinto lugar en presentación del total de estos.

Cualquier circunstancia que favorezca el desarrollo de cirrosis aumenta el riesgo de hepatocarcinoma. Entre éstas están las siguientes:

Infecciones crónicas por el virus de la hepatitis B y de la hepatitis C.

Alcoholismo.

Déficit de alfa-1-antitripsina.

Cirrosis biliar primaria.

Hemocromatosis.

Enfermedad por hígado graso no alcohólico.

El hepatocarcinoma pasa inadvertido muchas veces porque se asienta sobre un hígado previamente enfermo y, por tanto, en pacientes que ya tienen diversos síntomas derivados de la enfermedad previa. En muchas ocasiones es un diagnóstico casual al observarse una masa en el interior del hígado mediante ecografía o TAC en una revisión periódica de un paciente con cirrosis.
Los síntomas que pueden presentar son: Dolor en la zona superior derecha del abdomen, pérdida de peso o cansancio mayor del habitual, desarrollo de complicaciones de la enfermedad previa, sobretodo si es cirrosis sin causa aparente, como liquido libre en la cavidad abdominal conocido como ascitis (en ocasiones con sangre), encefalopatía hepáticaictericia y/o hemorragia digestiva.

También se puede desarrollar de una complicación fuera del hígado, pero atribuible al tumor, lo que se denomina síndrome paraneoplásico, pudiendo ser:

Hipercalcemia (aumento del calcio en sangre),poliglobulia (aumento del número de glóbulos rojos en sangre), hipoglucemia (disminución de glucosa en sangre) y polimiositis (inflamaciones musculares diversas).

El diagnóstico inicial de sospecha de hepatocarcinoma se realiza mediante una ecografía de hígado, un tomografía computada o una resonancia magnética de abdomen, que en muchas ocasiones es fortuita, ya que se realizaron los estudios por otra razón o simplemente por chequeo. La confirmación puede realizarse tomando una biopsia del hígado, dirigido al sitio sospechoso de la enfermedad, a través de la piel (percutanea) con una aguja especial que realiza el corte en menos de un segundo, pues es automática dirigida por tomografía computada o por ultrasonido diagnóstico.

Con frecuencia el hepatocarcinoma es múltiple, apareciendo varias lesiones en el hígado a la vez. Muchas de estas lesiones pueden ser pequeñas y no apreciarse con el TAC o el resto de pruebas de imagen. Por eso, antes de decidir si el tipo de procedimiento terapéutico a realizare, puede ser necesario realizar una Angiotomoigarfia Computada, la cual puede detectar tumores de muy pequeño tamaño.
Un porcentaje importante de pacientes con hepatocarcinoma tienen una elevación importante en sangre de una sustancia llamada alfa-fetoproteina. Esta sustancia puede medirse para detectar de forma temprana la aparición de un hepatocarcinoma o para observar la respuesta que está teniendo al tratamiento.

El hepatocarcinoma puede prevenirse si prevenimos las enfermedades que se asocian con la aparición de cirrosis, es decir, evitamos el alcoholismo, las infecciones por virus B o C, o tratamos adecuadamente enfermedades que pueden conducir al desarrollo de cirrosis, como la hemocromatosis.


En un paciente con cirrosis hepática ya establecida, el desarrollo de un hepatocarcinoma no puede prevenirse. Es por ello importante hacer revisiones periódicas con análisis (medición de la alfa-fetoproteína) y con pruebas de imagen (ecografía) para detectarlo de forma temprana y poder tener más posibilidades de operarlo antes de que se extienda.

En las siguientes comunicaciones, seguiré ofreciendo más datos clínicos de este tipo de tumor, para después mencionar los procedimientos de Radiologia Intervencionista existentes para el tratamiento de esta enfermedad.