El radiólogo intervencionista en la actualidad, en conjunto con el oncólogo clínico y el quirúrgico con experiencia en el manejo de este tipo de tumores malignos, han revolucionado el manejo de esta patología, en unión con las nuevas tecnologías y materiales
Antes de mencionar los procedimientos que se llegan a realizar, desde el mas simple al de mayor utilidad y actualidad se deben de realizar las siguientes precisiones.
El hepatocarcinoma (que ese es su nombre médico) es un tumor maligno del hígado que suele aparecer sobre tejido que ya tiene una enfermedad previa, desde hepatitis sobretodo de tipo B o C, hasta cirrosis. Es uno de los tumores malignos más frecuentes a nivel mundial, llegando a ocupar el quinto lugar en presentación del total de estos.
Cualquier circunstancia que favorezca el desarrollo de cirrosis aumenta el riesgo de hepatocarcinoma. Entre éstas están las siguientes:
Infecciones crónicas por el virus de la hepatitis B y de la hepatitis C.
Alcoholismo.
Déficit de alfa-1-antitripsina.
Cirrosis biliar primaria.
Hemocromatosis.
Enfermedad por hígado graso no alcohólico.
El hepatocarcinoma pasa inadvertido muchas veces porque se asienta sobre un hígado previamente enfermo y, por tanto, en pacientes que ya tienen diversos síntomas derivados de la enfermedad previa. En muchas ocasiones es un diagnóstico casual al observarse una masa en el interior del hígado mediante ecografía o TAC en una revisión periódica de un paciente con cirrosis.
Los síntomas que pueden presentar son: Dolor en la zona superior derecha del abdomen, pérdida de peso o cansancio mayor del habitual, desarrollo de complicaciones de la enfermedad previa, sobretodo si es cirrosis sin causa aparente, como liquido libre en la cavidad abdominal conocido como ascitis (en ocasiones con sangre), encefalopatía hepática, ictericia y/o hemorragia digestiva.
También se puede desarrollar de una complicación fuera del hígado, pero atribuible al tumor, lo que se denomina síndrome paraneoplásico, pudiendo ser:
Hipercalcemia (aumento del calcio en sangre),poliglobulia (aumento del número de glóbulos rojos en sangre), hipoglucemia (disminución de glucosa en sangre) y polimiositis (inflamaciones musculares diversas).
El diagnóstico inicial de sospecha de hepatocarcinoma se realiza mediante una ecografía de hígado, un tomografía computada o una resonancia magnética de abdomen, que en muchas ocasiones es fortuita, ya que se realizaron los estudios por otra razón o simplemente por chequeo. La confirmación puede realizarse tomando una biopsia del hígado, dirigido al sitio sospechoso de la enfermedad, a través de la piel (percutanea) con una aguja especial que realiza el corte en menos de un segundo, pues es automática dirigida por tomografía computada o por ultrasonido diagnóstico.
Con frecuencia el hepatocarcinoma es múltiple, apareciendo varias lesiones en el hígado a la vez. Muchas de estas lesiones pueden ser pequeñas y no apreciarse con el TAC o el resto de pruebas de imagen. Por eso, antes de decidir si el tipo de procedimiento terapéutico a realizare, puede ser necesario realizar una Angiotomoigarfia Computada, la cual puede detectar tumores de muy pequeño tamaño.
Un porcentaje importante de pacientes con hepatocarcinoma tienen una elevación importante en sangre de una sustancia llamada alfa-fetoproteina. Esta sustancia puede medirse para detectar de forma temprana la aparición de un hepatocarcinoma o para observar la respuesta que está teniendo al tratamiento.
El hepatocarcinoma puede prevenirse si prevenimos las enfermedades que se asocian con la aparición de cirrosis, es decir, evitamos el alcoholismo, las infecciones por virus B o C, o tratamos adecuadamente enfermedades que pueden conducir al desarrollo de cirrosis, como la hemocromatosis.
En un paciente con cirrosis hepática ya establecida, el desarrollo de un hepatocarcinoma no puede prevenirse. Es por ello importante hacer revisiones periódicas con análisis (medición de la alfa-fetoproteína) y con pruebas de imagen (ecografía) para detectarlo de forma temprana y poder tener más posibilidades de operarlo antes de que se extienda.
En las siguientes comunicaciones, seguiré ofreciendo más datos clínicos de este tipo de tumor, para después mencionar los procedimientos de Radiologia Intervencionista existentes para el tratamiento de esta enfermedad.