La Radiología Intervencionista y aneurisma de aorta abdominal

En esta comunicación, continuare comentando con mas detalle los procedimientos de tratamiento mediante Radiología Intervencionista de mínima invasión, en los casos de pacientes con aneurisma de aorta abdominal.

Si un aneurisma es pequeño puede no requerir más tratamiento que la vigilancia periódica, con tomografía computada o con ultrasonido-doppler para determinar si el aneurisma está creciendo. Algunos aneurismas permanecen pequeños con un tamaño estable y no suponen riesgo para el paciente. Cuando un aneurisma alcanza un diámetro de 5 centímetro en la aorta abdominal, o bien crece más de 0.5 centímetros en su diámetro en un periodo de 6 meses, su tratamiento es necesario para evitar su ruptura. Una aorta normal tiene aproximadamente 2.3 centímetros de diámetro en el caso de los varones y 1.9 centímetros en el caso de las mujeres.

Hay dos maneras de tratar un AAA mayor de 5 cm:

Reparación quirúrgica convencional: El tratamiento tradicional para el aneurisma de aorta abdominal es la realización de una intervención quirúrgica mayor en la que un cirujano cardiovascular abre el abdomen hasta llegar a la arteria enferma y una vez allí reseca el aneurisma y lo sustituye por un tubo sintético que se sutura por encima y por debajo en la arteria enferma sustituyendo el área aneurismática y restableciendo el flujo sanguíneo. Se elimina el aneurisma y se elimina también el riesgo de ruptura y muerte. Esta cirugía es una intervención mayor que requiere anestesia general profunda, ingreso hospitalario y precisa unos 3 meses hasta la recuperación completa del paciente. La mortalidad perioperatoria de esta intervención está en torno al 5% pero su gran ventaja es que cuando todo finaliza los resultados son excelentes y el problema generalmente queda resuelto de por vida.

Reparación endovascular: Esta técnica es mínimamente invasiva. Se realiza con sedación. No es una intervención quirúrgica propiamente dicha, es un tratamiento mediante cateterismo que consiste en la introducción de un catéterna través de su arteria aorta enferma, mediante la punción o mínima incisión en las ingles. Guiándonos por rayos x se coloca de manera muy precisa una endoprótesis que se introduce plegada a través de la ingle y una vez colocada en el sitio preciso, el radiólogo intervencionista la desplega de modo que se expande para quedar ajustado sobre la arteria del paciente excluyendo y aislando el aneurisma de aorta abdominal. La mortalidad perioperatoria, el tiempo de ingreso hospitalario y la recuperación postoperatoria son mucho menores que con la cirugía tradicional. Generalmente a los pocos días se puede estar haciendo vida normal. El problema es que con el tratamiento endovascular no hay todavía estudios que avalen la durabilidad de las prótesis a largo plazo entre 10 y 25 años. Esta técnica que se ha popularizado en los últimos años y es altamente segura y eficaz, se considera todavía como un tratamiento en evolución y susceptible de mejora.

Para lograr los objetivos deseado y llegar a tener éxito con éste procedimiento de Radiología Intervenvcionista de mínima invasión, es necesario cumplir con los siguientes conceptos:

Estudios de imagen protocolizados, con imágenes diagnósticas de calidad excelente y que el grupo de radiología intervencionista tenga un entrenamiento y certificación reales; estos son esenciales para diagnosticar y para implementar el manejo con prótesis endovasculares y así lograr la exclusión de aneurisma de aorta abdominal. Las modalidades de imágenes óptimas, así como los protocolos pueden variar durante las etapas antes, durante y después del procedimiento. Pueden variar de paciente a paciente. No obstante, existen metas que se deben de cumplir en todos los pacientes para lograr éxito al final.

Los estudios de imagen con los que se cuenta para el estudio diagnóstico de excelencia incluyen :

Radiografías de tórax y abdomen, fluoroscopía digital, tomografía computarizada, ultrasonido-doppler, ultrasonido intravascular, resonancia magnética y angiografía digital con sustracción de imágenes. Se debe de tener en cuenta que un solo procedimiento no es útil para resolver todas las interrogantes, ya que cada uno tiene debilidades y fortalezas, siendo complementarios. Para utilizarlas, se deberá de considerar costo relativo, exposición a la radiación, invasividad, tolerancia al contraste, disponibilidad, reproducibilidad, fácil de interpretar y realización en todos los pacientes.

Por lo que, se han recomendado estudios, previos al procedimiento, durante el procedimiento y después del procedimiento.

Continuaré en la siguiente comunicación con la descripción de estos estudios en sus diferentes etapas del procedimiento de Radiología Intervencionista para lograr la exclusión del aneurisma de aorta abdominal, hasta lograr que sea un procedimiento completamente exitoso.

La Radiología Intervencionista y aneurisma de aorta abdominal

En esta comunicación, continuare comentando como se llega a diagnosticar la presencia de aneurisma de aorta abdominal.

De acuerdo a los conceptos de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista, los aneurismas aórticos abdominales afectan a un 5 % de la población de más de 60 años. Aproximadamente una de cada 250 personas mayores de 60 años morirá por una rotura de AAA. Esta condición es la 17º causa principal de muerte en los Estados Unidos, suponiendo 15.000 muertes cada año.

¿Quién está en riesgo? Se presenta con más frecuencia en personas mayores de 60 años. Los hombres son cuatro veces más propensos a desarrollar esta enfermedad que las mujeres. El tabaco es también un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de un aneurisma de aorta abdominal. Las personas que tienen un familiar que padece o padeció un aneurisma de aorta abdominal se muestran también con un mayor riesgo de padecerlo. La aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), antecedentes de enfermedades cardiacas o la hipertensión arterial son también factores de alto riesgo. Si se cumplen algunas de las condiciones de riesgo descritas para el desarrollo,  se debe de consultar con el médico de cabecera para valorar si se debiera hacerse pruebas para descartar esta enfermedad.

El aneurisma de aorta abdominal es un asesino silencioso porque evoluciona lentamente sin dar ningún síntoma hasta el momento en que se rompe ocasionando una hemorragia interna brusca, masiva y con frecuencia letal. Cuando los síntomas se presentan, los más común son: Dolor abdominal intenso, que puede ser constante o intermitente, en la parte inferior de la espalda que puede radiarse hacia regiones gluteas, ingles o piernas, sensación de “latido de corazón” o pulso en el abdomen,fatiga y puede a veces ser sentido como una masa suave en el abdomen.

Si un aneurisma se expande rápidamente, o si la sangre fluye entre las capas que forman la pared del vaso (una disección aórtica), síntomas muy severos pueden aparecer repentinamente. Un aneurisma roto es una amenaza para la vida y requiere tratamiento urgente inmediato. Estos síntomas pueden incluir: Dolor severo y repentino, palidez, pulso acelerado, boca seca/piel y sed excesiva, ansiedad, nausea, vómito, mareo desmayo, sudoración excesiva, piel fría y húmeda, inconciencia o estado de choque.

Un examen médico cuidadoso puede detectar casi todos los aneurismas aórticos abdominales. Colocando un estetoscopio en el abdomen el médico puede oír los sonidos de un flujo de sangre a través de la zona debilitada de la aorta. El médico también puede ser capaz de sentir el aneurisma presionando suavemente el abdomen. Durante un examen físico es más probable detectar aneurismas que son grandes y es más fiable la detección en personas delgadas.

Si el médico sospecha que el paciente tiene un aneurisma de aorta abdominal, o tiene alto riesgo de padecerlo, hay diferentes exámenes de Imagenología que pueden usarse para estudiar su arteria aorta y confirmar si está presenta un aneurisma. Y son los siguientes:

Ultrasonido: Es el estudio de imagen más común para monitorizar un aneurisma de aorta abdominal. Los ultrasonidos son un procedimiento seguro, indoloro, repetible, barato, de fácil disponibilidad y completamente inocuo para el paciente. Con el transductor del equipo de ulrtasonido, se realizan barridos en lam pared abdominal anterior. Este detecta ondas de sonido que se usan para crear una imagen computarizada de la aorta. Los ultrasonidos diagnostican aneurismas que habitualmente no pueden ser detectados durante la exploración física del paciente. Se realizara con el modo Doppler, que dará datos de velocidad de flujo, resistencias, permeabilidad, obstrucción, dimensiones.

Tomografía computarizada: Es una estudio de imagen que se obtiene con el empleo de un tomógrafo computado, y que durante el mismo estudio, se inyectara medio de contraste radiológico iodado, con lo que podrán identificar los trayectos vasculares del cuerpo. Se denomina también AngioTC, y en la imágenes axiales que se obtienen, se podra analizar con mayor detalle las características da la aorta abdominal, como son la presencia de dilataciones, características de la pared, calcificaciones en la misma, presencia de trombos en su interior, obtener mediciones en sentidos sagital, axial y coronal, y la presencia de cambios en tejidos vecinos.

Imagen de resonancia magnética: En una técnica de imagen que obtiene imágenes computarizadas de la aorta y vasos arteriales originados de la aorta,   sin usar radiación, empleado ondas de radio emitidas dentro de campo magnético de alta intensidad en el que se introduce al paciente.

Arteriografía: También llamada angiografía, es un procedimiento de Radiología Intervencionista, que emplea rayos X y en la que un agente de contraste se inyecta a través de un catéter introducido por algún acceso arterial, para mostrar en tiempo real el flujo de la sangre a través de los vasos sanguíneos, y poder estudiar con detenimiento las características de los mismos, en su pared interior, la presencia de circulación colateral, cambios por obstrucción aguda o crónica, y servirá de planeación para el tratamiento que se defina, sea cirugía o por procedimiento de mínima invasión por Radiología Intervencionista.

En la siguiente comunicación, describiré con mas detalle los procedimientos de tratamiento mediante Radiología Intervencionista de Mínima Invasión 

La Radiología Intervencionista y aneurisma de aorta abdominal

La aorta es la arteria más grande del cuerpo, y de ella se originan todas las arterias que llevaran la sangre a todos los aparatos y sistemas del cuerpo humano, para su nutrición y oxigenación. Como cualquier elemento del cuerpo, puede presentar diversos tipos de enfermedades.  Una de estas, es el aneurisma de la aorta en la región abdominal, y se caracteriza por la dilatación de la arteria, la cual puede tener diversas forma, desde fusciforme hasta sacular. Según el tamaño del aneurisma y cuán rápido crece, el tratamiento varía de observación hasta cirugía de emergencia.

Con mucha frecuencia, los aneurismas de la aorta abdominal crecen de forma lenta y sin síntomas, lo que dificulta su detección. Es más, algunos aneurismas nunca se detectan, pasando inadvertidos, como se han descrito en casos de autopsias por otras causas. Muchos comienzan siendo pequeños y permanecen así; otros se dilatan lentamente con el paso del tiempo y algunos otros, la minoría, lo hacen rápido, siendo los mas peligrosos. Cuando se dilatan, y dan síntomas, estos pueden ser inespecíficos y confundirse con alguna otra patología, pues puede aparecer dolor constante y profundo en el abdomen o en un costado, de moderada intensidad, dolor de espalda o sensación pulsatil alrededor del ombligo. La señal de alerta, es cuando estos síntomas van en aumento, a pesar de tratamiento instituido.

Pueden aparecer en cualquier lugar de la aorta, pero la mayoría de los aneurismas de la aorta se producen en el abdomen. Muchos factores pueden ser importantes y pre disponentes en el desarrollo del aneurisma de la aorta, incluidos los siguientes:

Endurecimiento de las arterias (ateroesclerosis). La ateroesclerosis se produce cuando la grasa (colesterol con calcio) se acumulan en la pared interna de este vaso sanguíneo.

Presión arterial alta. La hipertensión arterial puede dañar y debilitar las padeces de la aorta.

Enfermedades de los vasos sanguíneos. Estas enfermedades hacen que se inflamen los vasos sanguíneos, conocidas como arteritis, pudiendo ser de diversos orígenes.

Infección en la aorta. En pocas ocasiones, una infección bacteriana o por hongos, puede causar aneurismas de la aorta abdominal.

Traumatismo severo. Por ejemplo, sufrir un accidente automovilístico puede producir aneurismas de la aorta abdominal.

Existen factores de riesgo del aneurisma de la aorta abdominal, los cuales deben de ser conocidos y son los siguientes:

Consumo de tabaco. Fumar es el factor de riesgo más fuerte. Puede debilitar las paredes aórticas, lo que aumenta el riesgo no solo de desarrollar un aneurisma aórtico, sino también de ruptura. Cuanto más tiempo existas este habito, más posibilidades tendrás de desarrollar un aneurisma aórtico.

La edad. Estos aneurismas ocurren con mayor frecuencia en personas de más de 65 años.

Ser hombre. Los hombres padecen aneurismas de la aorta abdominal con mucha mayor frecuencia que las mujeres.

Ser de raza blanca. Las personas de raza blanca tienen un riesgo más alto de padecer aneurismas de la aorta abdominal.

Antecedentes familiares. Tener antecedentes familiares de aneurismas de la aorta abdominal aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.

Otros aneurismas. Tener un aneurisma en otro vaso sanguíneo grande, como la arteria detrás de la rodilla o la aorta en el tórax, pueden aumentar el riesgo de desarrollar un aneurisma de la aorta abdominal.

Los desgarros las capas de la pared de la aorta, conocidos como disección aórtica o la ruptura son las principales complicaciones. Una ruptura puede causar un sangrado interno, potencialmente mortal. Por lo general, cuanto más grande es el aneurisma y más rápido crece y mayor es el riesgo de ruptura.

Los siguientes son algunos signos y síntomas de que el aneurisma de la aorta se ha roto:

Dolor repentino, intenso y persistente en el abdomen o en la espalda, que puede describirse como sensación de muerte inminente

Presión arterial baja

Aumeneto en la frecuencia cardiáca

Los aneurismas de la aorta también condicionan el desarrollo de coágulos en el interior. Si se fragmenta uno de estos coágulosm,  bloqueara algun vaso sanguíneo en otro lado del cuerpo, causando dolor al obstruir el flujo sanguíneo a las piernas, los dedos de los pies, los riñones o los órganos abdominales.

Para prevenir un aneurisma de la aorta o para evitar que empeore uno ya diagnosticado, se sugiere realizar lo siguiente:

No consumir de tabaco. Deja de fumar y evitar el tabaquismo pasivo

Dieta saludable. A base de frutas y vegetales, cereales integrales, aves, pescado y productos lácteos con bajo contenido de grasa. Evita las grasas saturadas y las grasas trans y limita la sal.

Mantener presión arterial y colesterol bajo control. Si el médico te ha recetado medicamentos, tómalos según lo indicado.

Ejercicio en forma regular. Tratar de hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada semanalmente. Si no se ha tenido actividad rutinaria, comenzar de forma lenta e incrementar el ritmo.

En la siguiente comunicación, continuare comentando mas datos y sobretodo, orientados al manejo que se realiza por Radiología Intervencionista.

La Radiología Intervencionista en las Vías Biliares

En esta comunicación, tocaré con detalle, como se realiza cada uno de los procedimientos de la Radiología Intervencionista, para solucionar obstrucciones de vía biliar, sin importar de primer instancia la causas etiológica de la misma. Un dato importante, es que todos tendrán la vía biliar intra hepática dilatada, en mayor o menor grado.

Esto último es importante, ya que las causas mas comúnmente descritas son las siguientes: Litiasis (cálculos en vía biliar), cáncer de cabeza de páncreas, estenosis benigna de vía biliar, colangiocarcinoma (tumor maligno originado en las vías biliares), metástasis de lesiones tumorales en otra región del cuerpo. Y de las menos comunes, se encuentran las siguientes: Cáncer de vesícula biliar, de colédoco,  de ámpula de Vater (sitio anatómico donde se conecta el colédoco con el duodeno), absceso hepático, divertículo duodenal, enfermedad de Caroli (dilatación quística de vía biliar intra hepática), síndrome de Mirizzi (obstrucción de cuello de vesícula biliar por litiasis, que comprime colédoco), parásitos.

Las indicaciones, por lo tanto, de realizar algún tipo de drenaje percutáneo de la vía biliar serían las siguientes: Paliativo en lesión no resecable, dilatación de estenosis posterior a cirugía, trauma o inflamación, mejoría funcional hepática pre operatoria y extracción de litiasis residual.

Los diferentes tipos de drenajes percutáneos que se pueden llegar a efectuar son los siguientes: Externo, externo-Interno, interno con colocación de endoprotesis y colocados en uno o dos tiempos

La técnica para la realización de todos estos es similar en un inicio. El procedimiento se lleva a cabo en una sala de fluoroscopía digital, de preferencia un arco. El paciente deberá de estar en ayuno total de por lo menos 8 horas previas. Se realiza bajo sedación anestesiológica, tanto para su comodidad, como para su vigilancia estrecha. Después de realizar asepsia de la región superior del abdomen, guiados por fluoroscopía y en ocasiones, con apoyo de ultrasonido, se realiza la punción percutánea con aguja de Chiba 21 o 22G, de la vía biliar dilatada, tratando de que sea lo mas central (dentro del hígado), para que sea mas fácil la colocación del catéter que servirá como drenaje. Una vez que se confirma que se punciono, pues se obtiene bilis a través de la aguja, se inyectara material de contraste iodado, para evidenciar las características de la vía biliar. A través de la aguja, se introduce una guía metálica, la cual se avanzara dentro de la vía biliar lo mas posible, ya que a continuación se retira la aguja de punción, para poder ingresar con el apoyo de la guía, un primer dilatador que tiene en su interior un alma de acero, para tener suficiente soporte al ingreso. Al tener ya el dilatador dentro de la vía biliar, se retira el alma de acero, para poder intercambiar la guía inicial, por otra de mayor longitud, soporte, de acero inoxidable teflonada  o hidrofílica, y con esta avanzar dentro de la vía biliar, hasta llegar al sitio de la lesión, con el propósito de franquear y llegar hasta el duodeno. Puede darse el caso que la obstrucción es completa y no lo permite, de tal manera que la guía introducida, se dejara en el sitio de la obstrucción. Utilizando la guía, se introduce el catéter que servirá para drenar la bilis al exterior (siendo entonces un drenaje externo); pero si se logra llegar hasta el interior del duodeno, se podrá colocar un catéter que drene la bilis hacia en interior del mismo (siendo un drenaje interno, o externo-interno). Los catéteres que se utilizan son flexibles, hidrofílicos y el extremo distal tiene la punta pre formada en cola de cochino, multi perforada, para facilitar el drenaje, sea externo, externo-interno o interno. En ocasiones, cuando se logra avanzar hasta duodeno, se puede colocar una endoprotesis, para que el paciente no salga del procedimiento con un catéter conectado a una bolsa recolectora, y así se sentirá mas cómodo en su día a día, evitando también posibles complicaciones.

El drenaje en un tiempo, es necesario realizar en casos urgentes (Procedimientos endoscópicos fallidos o infección grave de vía biliar que se conoce como colangitis), esta indicado en manos expertas, es un procedimiento rápido (40 minutos), existe la posibilidad de colocar endoprotesis, es satisfactorio en el control de infección y de regular comodidad del paciente.

El drenaje en dos tiempos, es útil para un mejor control de la infección, facilidad para vencer estenosis, menor incomodidad para el paciente, ausencia de coágulos y/o restos de tejido, fácil colocación de endoprotesis y de elección en manos con poca experiencia. 

Para colocar endoprotesis biliares por vía percutánea se debe de tener habilidad en la técnica, experiencia, en pronósticos a largo plazo cuando son de origen benigno y en ocasiones, poder trabajar con el Endoscopista. 

Estos procedimientos, como todos los realizados en medicina, pueden llegar a presentar complicaciones. Tempranas entre las que se encuentran bacteremia y sepsis, desequilibrio hidro-electrolítico, sangrado venoso y sangrado arterial (Hemobilia). Tardíos que incluyen colangitis, sepsis y biliperitoneo (fuga de bilis a la cavidad peritoneal.

Para evitar al máximo las posibles complicaciones se sugiere realizar punciones con agujas 21 o 22G, NO puncionar otros órganos, inyectar a baja presión el contraste dentro de la vía biliar, mantener bien hidratado al paciente, técnica aséptica, material fácil de manipular, uso de antibióticos y NUNCA CONFIARSE.

En la próxima entrega, comentare algún otro procedimiento de la Radiología Intervencionista, que también tiene gran utilidad en patologías específicas.

La Radiología Intervencionista en las Vías Biliares

El objetivo de estos procedimientos de intervencionismo va dirigido a la resolución de procesos que han condicionado estenosis u obstrucción de la vía biliar, tanto intra (canales biliares dentro del hígado), como extra hepática (conducto hepático, colédoco y/o vesícula biliar).

Como antecedentes importantes en el desarrollo de las diversas técnicas con las cuales contamos en la actualidad, vale la pena comentar los siguientes:

 En 1962, extracción de cálculos residuales después de una extracción de la vesícula biliar a través de sonda T utilizando una pinza.

Dilatación de estenosis benignas en 1974 a través de sonda T.

Extracción de cálculos  residuales utilizando canastilla a través de sonda T en 1979, en el Sha de Irán en New York.

Endoprotesis de la vía biliar a través del procedimiento endoscópico conocido como Colangio Pancreatografía Retrograda Endoscópica (CPRE) en 1979.

Los pacientes presentan datos evidentes de ictericia con patrón obstructivo, como se catalogan en la medicina. El diagnóstico se realizara por:

Cuadro clínico, en el cual se debe de estudiar con detenimiento el inicio y la progresión de la ictericia, ya que no es lo mismo la presencia repentina y brusca, que paulatina y ascendente; si se acompaña con fiebre, dolor, nausea, sangrado de tubo digestivo, así como perdida de peso. Se debe de realizar una detallada exploración física de cada paciente

Laboratorio, donde se realizaran estudios de sangre y orina, y así saber si el cuadro corresponde a una ictericia obstructiva o no.

Estudios de Imagenología, como son el ultrasonido, la tomografía computada, la resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones. Los datos obtenidos por estos estudios, correlacionados c on el cuadro clínico y los resultados de laboratorio, indicaran con gran precisión el tipo de ictericia que presenta el paciente, y poder instaurar un tratamiento adecuado y certero.

El diagnóstico definitivo y preciso por estudios de Imagen se realizaba por medio del procedimiento conocido como Colangiografía Percutánea, que consistía en puncionar alguna vía biliar intrahepatica, con el empleo de una aguja de calibre pequeño (22 o 23G), bajo control de fluoroscopía, e inyectar en ese sitio material de contraste iodado, obtener radiografía y así poder identificar el sitio de lesión, el tipo de lesión (benigna o maligna), y si existían o no vías biliares dilatadas. Con el desarrollo de la resonancia magnética, ya no es necesario realizar punciones percutaneas de la vía biliar a través del hígado, pues con el estudio de Colangioresonancia, ya obtenemos los mismos datos, sin agredir al paciente con punciones.

De las patologías de origen benigno, que con mayor frecuencia se pueden identificar, al estudiar a un paciente con ictericia de tipo obstructivo son:

1.- Litiasis, conocidas también como cálculos biliares. Darán síntomas de ictericia    obstructiva, cuando pasan de la vesícula biliar hacia el conducto colédoco, antes de desembocar al tubo digestivo en la segunda porción del duodeno. Es de presentación brusca, con dolor, de intensidad en aumento rápidamente. Estas pueden ser retiradas por endoscopio mediante el procedimiento ya referido (CPRE), por cirugía si no fue exitosa la CPRE. En ocasiones, después de la cirugía, pueden quedar restos o litiasis residuales, y se pueden extraer mediante procedimientos percutaneos o a través de sondas que se dejaron durante la cirugía.

2.- Estenosis, que son disminuciones en el calibre de la vía biliar, las cuales pueden ser de origen inflamatorio, traumático, infeccioso o postquirurgica. Según el nivel en relación al conducto llamado cístico, que es el que conecta la vesícula biliar con el conducto hepático, se denominan con estnosis alta o baja. La forma de resolverlas son por drenaje por CPRE o Percutáneo, por dilatación,  con colocación de endoprotesis y/o stent, y si no es posible, por cirugía.

En los casos que sean de origen tumoral maligno, que afecten las vías biliares, sean de origen primario de las mismas o sean por invasión de órganos vecinos, como sucede en los originados en vesícula biliar, páncreas, o por invasión de los ganglios linfáticos que se encuentran en el hilo hepático, las lesiones son causa de disminución de calibre y se catalogan en: 

  1.- Altas, por arriba del nivel de la confluencia del cistico (como ya se comentó), y en estas los procedimientos para solucionarlos pueden ser drenaje externo percutáneo, y con la posibilidad de colocar endoprotesis y/o stents.

2.- Bajas, en las cuales se pueden realizar drenajes percutaneos externo/interno, con colocación de endoprotesis y/o stents, pudiendo realizarlos en conjunto con endoscopista, cuando el caso es complicado. 

Obviamente, cada caso se debe de estudiar de forma independiente, para poder ofrecer a cada paciente lo mejor para cada uno de ellos.

En la siguiente comunicación, tocaré con detalle, como se realiza cada uno de estos procedimientos de la Radiología Intervencionista.

La Radiología Intervencionista y tumores óseos

En la presente comunicación, les comentaré con mayor detalle en que consisten los procedimientos de la Radiología Intervencionista, en los pacientes que tienen como diagnostico algún tumor óseo.

Que ofrecemos?

Biopsia del tumor, con aguja guiada por TC o Fluoroscopía, siempre con valoración multidisciplinaria. 

Embolización pre quirúrgica del tumor.

Las biopsias óseas siempre se realizarán previa evaluación clínica, conocer las condiciones cardio-vasculares mediante valoración similar a la que se realiza ante cualquier intervención quirúrgica, realizar estudios de laboratorio pre-operatorios como son biometría hemática, tiempos de coagulación, química sanguínea. Habitualmente, es un procedimiento ambulatorio, no se necesita hospitalización.

Se seleccionara el tipo de procedimiento por imagen (fluoroscopía digital o tomografía computada) dependiendo del sitio, tamaño, localización dentro del hueso afectado, y el que nos ofrece menos posibilidad de riesgos y/o complicaciones.

Se debe de comentar el caso, con el servicio de Patología, para estar de acuerdo con el número de fragmentos a enviar, en que vehículo conservador se debe de enviar, y en que condiciones deben de entregarse, pues es diferente enviar solo hueso para su estudio, que enviar también tejidos blandos vecinos al hueso enfermo.

El paciente siempre debe de estar sedado, pues se debe de evitar desde la incomodidad hasta dolor, ya que pueden ser procedimientos dolorosos.

Una vez seleccionado el sitio con el procedimiento de imagen, se realizara el marcaje en la piel con un marcador metálico, y poder ubicar en las imagen el sitio a biopsiar.  Posterior a esto, ya se realiza la biopsia por punción, utilizando agujas especificas para ésta, ya que son de mayor calibre, con mas filo en la punta, para que el fragmento sea mayor y se pueda, literalmente, perforar el hueso. Al finalizar, se cubrirá el sitio de punción, y al dar de alta al paciente, se le indicaran analgésicos.

Las embolizaciones de tumores óseos, son procedimientos mínimamente invasivos que tiene como objetivo, ocluir vasos sanguíneos arteriales que irrigan al tumor.

Los materiales embolizantes se colocan, a través de un catéter, de manera selectiva, controlada y segura, en el vaso sanguíneo especifico y seleccionado.

Es un procedimiento prequirurgico que tiene como indicaciones:

Ocluir vasos que irrigan tumoraciones

Controlar o prevenir hemorragias

Reducir tiempo quirurgico

Ha tenido crecimiento notable en nuestra practica, pues el éxito se ha debido a los siguientes factores:

: Selección correcta del paciente

: Conocimiento clínico, anatomico regional y destreza del intervencionista   

: Mejores equipos de fluoroscopía digital

: Selección del materiales angiográficos y embolizantes

Los agentes embolizantes y materiales angiográficos que actualmente se utilizan son los siguientes, dependiendo del sitio, tamaño y etiología del tumor:

       1)  Catéteres angiograficos hidrofilicos 4 y 5 Fr

       2)  Microcatéteres 2.8 Fr

       3)  Guías hidrofílicas hasta 0.18 

       4)  Agentes embolizantes:

            : Gelfoam

            : Microcoils fibrados e hidrocoils 

            : Microesferas desde 100 a 1200 micras 

CONCLUSIONES

Gran utilidad y valor, siempre y cuando sean indicados correctamente

Multidisciplinaria e interdisciplinario.

Reduce tiempo y sangrado quirúrgicos

No son baratos, pero reducen gastos totales.

Siempre por grupo médico con entrenamiento completo en procedimientos y con experiencia real

En la siguiente comunicación, comentare otro de los procedimientos que se cuenta dentro de la Radiología Intervencionista.